La sequoya es un arbol que hay que verlo. Más alto que cualquier otro y formando bosques de inmensos árboles de más de 100 metros. Son bosques de niebla. Su humedad es imprescindible para soportar la necesidad de agua de estos gigantes. Los troncos son rectos. Imponentes. Interminables. Sobrepasan los 100 metros en muchos ejemplares. Crecen en un año aproximadamente 2 piés, lo que viene siendo casi un metro.
Estos bosques forman parte del llamado "Red Wood Forest" y están protegidos gracias a una sociedad benéfica que empezó a comprar bosques a las madereras ya en el siglo XIX y aún lo siguen haciendo, donándolos después al gobierno. Se calcula que el 3% de estas sequoyas tienen más de 1.000 años, pero lo más sorprendente, si os parece poco eso, es que el 15% tinen más de 700 años y el 75% están entre los 200 y los 700 años. Vamos, que cuándo Colón llegó a América estos árboles ya eran viejos.
El resto del día ha hecho que nos quitemos los forros por primera vez. Hemos cambiado a un valle interior, el del Río Willamette, a escasos 50 Km de la costa, y nos hemos metido de lleno en el ambiente mediterráneo, muy caluroso. Es este el ambiente del Oregón que sale en las pelis de vaqueros. En estas tierras fue donde Paul Bunyard y su toro azul sembraron de lagos las montañas, desde aquí hasta el Canadá. Este personaje de leyenda es la mascota de toda esta tierra.
viernes, julio 4
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